El pecado destruye el alma del ser humano y llena de vacíos inmensos nuestra vida.
La vanidad es un orgullo excesivo de méritos propios que se expresan ofendiendo a Dios.
Antes de existir, no éramos absolutamente nada. Pero tenían preparada nuestra llegada.
La belleza es la marca que Dios pone a la virtud y ésta suele sonreír con esplendor en la bondad, en la verdad y en el amor.
No todo el mundo se casa. Hay hombres y mujeres que nunca han encontrado la ocasión o que no lo desean.