Desde la prehistoria se hacían pinturas rupestres, vemos imágenes en la poesía, en la narración de la historia, en escritos épicos, en libros como la Ilíada y la Odisea, etc. Hay una gran diferencia entre una imagen y un ídolo. Una imagen es cualquier tipo de estatua o fotografía que representa a alguien o algo, mientras que un ídolo es un falso dios que se pone en lugar de Dios, como en el caso del becerro de oro hecho por los israelitas que huyeron de Egipto. Cuando en la Biblia se habla de prohibición de imágenes, está refiriendo a los ídolos. Si leemos atentamente, en el versículo anterior se habla claramente de "otros dioses".
Nosotros, los católicos no adoramos ídolos, y las imágenes en iglesias son solo representaciones artísticas de Jesús, de María o de los santos. Nunca se adora la imagen; Es como una esposa que guarda la foto de su esposo, el cristiano utiliza el arte para representar a los que están en el cielo. La foto del esposo no es una necesidad para la esposa poder recordarlo. Es tan solo un signo que facilita el recuerdo. El cristiano tampoco necesita imágenes para orar. Tan solo son una ayuda para elevar los sentidos. El hombre siempre ha usado pintura, figuras, dibujos, esculturas, etc., para darse a entender o explicar algo. Estos medios sirven para ayudarnos a visualizar lo invisible; para explicar lo que no se puede explicar con palabras.
Cuando alguien diga que de todas maneras Dios prohíbe tenerlas eso no es cierto. Al contrario, en todas las Biblias del mundo vamos a encontrar pasajes bíblicos donde Dios mismo mandó hacer imágenes.
«Asimismo, harás dos querubines de oro macizo, labrados a martillo, y los pondrás en las extremidades del Lugar del Perdón, uno a cada lado» (Ex 25,18).