"¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?" (Lucas 24, 5b).
Jesús está vivo. Amamos y servimos a un Dios vivo. Jesús es el que ha vencido a la muerte, a la oscuridad y al pecado. Pero la vida de Cristo no es evidente muchas veces en nosotros. El poder de su Espíritu no se manifiesta plenamente en nosotros. Seguimos revolcándonos en lo que es de la muerte.
¿Qué trae la muerte? Pecado, duda, miedo, infidelidad, desesperanza, impureza, odio, rivalidad, envidia, facciones, egoísmo y demás. Profesamos ser seguidores de Cristo, pero tal vez, sin saberlo, lo buscamos en las obras de la muerte.
Bueno, no vamos a encontrar a Jesús allí. "Él no está aquí, pero ha resucitado" (Lucas 24, 6a). Él ha resucitado. Él está vivo.
Nuestra elección: quedarse en las tumbas entre los muertos, o realmente estar con Jesús, que está vivo.
Traducido Por
Diácono Permanente Alberto Morales Sáenz de Viteri