El clamor de todos los cristianos es “Señor aumenta nuestra fe”. Es que sentimos que nuestra fe nunca alcanza, es frágil, escurridiza. La Fe es la forma o método de conocimiento que nos permite relacionarnos con Dios de una manera razonable y permanente.
El Catecismo de la Iglesia Católica dice que la fe es un acto personal, la respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela. Y por su revelación, el ‘Dios invisible habla a los hombres, movido por su gran amor y mora con ellos para invitarlos a la comunicación consigo’, y esta invitación es la fe.
San Pablo en Hebreos 10:11 dice, “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”, es decir que la Fe es un don gratuito de DIOS accesible a cuantos la piden humildemente y con un corazón sincero. La Fe crece por la predicación y la predicación se realiza en virtud de la Palabra de Cristo.
Los sacramentos son una fuente inagotable de la acción del Espíritu Santo en los que Jesús se hace presente y el estar unido a una comunidad orante ayuda a crecer en la Fe. Recibimos la Fe desde el bautismo como regalo de DIOS, aunque inicialmente no nos demos cuenta, por nuestra edad, pero la confirmamos y fortalecemos al realizar los siguientes sacramentos.