La generosidad es uno de los valores que se deben fomentar en la vida familiar, entendemos por generosidad el actuar en favor de otras personas sin interés y con alegría. Es brindar lo que el otro necesita, no lo que nos sobra, y debe darse en el momento oportuno.
Nos brinda paz, alegría y nutre el espíritu, tanto propio como el de los otros; por eso es una importante lección que debemos transmitir a los hijos desde las primeras edades, inculcando lo que puede significar esfuerzo y hasta sacrificio.
Cuando los niños son muy pequeños les cuesta mucho comprender que no todo es de ellos y que en el acto de compartir y de ser empático con quien tienen a su lado, es donde se van trazando las verdaderas amistades y creciendo como personas.