Dios escucha cada una de nuestras oraciones y obra en nuestras vidas trayendo sanidad espiritual y física. Para aquellos que están pasando por una enfermedad deben saber que las promesas de Dios para los enfermos están siempre presentes en todo momento.
El mismo Jesús mostró que a Dios no le gustan las enfermedades, sanando a las personas. Dios nos dio vida eterna, el perdón de nuestros pecados y la sanidad de nuestras dolencias, tanto las espirituales como las físicas, porque el poder de Dios no tiene límites. El Señor quiere que estés bien!
«Pero ustedes servirán al SEÑOR su Dios. El bendecirá tu pan y tu agua. Yo quitaré las enfermedades de en medio de ti.» (Éxodo 23:25)