Encontrar atractivas a otras mujeres y mirarlas, deteriorará la visión que tienes de tu esposa. Estarás menos satisfecho con ella, y ella se sentirá menos especial para ti.
Cuando le pides a Dios la gracia de mirar atractiva solamente a tu mujer, ella también lo notará y se sentirá como la reina del mundo y tú te enamorarás más de tu esposa
«Hijo mío, ¿por qué te dejarás prendar por la mujer ajena y abrazarás los pechos de una extraña?.» (Proverbios 5,20)