El alimento para el alma
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Siempre se debe cuidar las necesidades y el bienestar de tu esposa; siente el dolor ante la enfermedad de ella, y regocíjate en su salud como si fuera tu propia vida. 

Las necesidades espirituales, físicas, emocionales o económicas deben ser parte de tu esfuerzo constante para de esta manera poder amarla y proveerla, así como lo haces con tu propia persona.

«Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.» (Efesios 5,28-33)