El camino es duro y esforzarse mucho puede ser fatigoso.
Pero nunca te rindas. Habrá momentos difíciles, habrá frustraciones y decepciones. Momentos que serán difíciles de soportar. Así que cuando por la debilidad de tu carne estas a punto de decir “No necesito esto”, yo te digo “si lo necesitas. Cuando ya estés apunto de decir “Me salgo de esto”, yo te digo no, no deberías.
Aunque tú sirvas a tus hermanos en realidad a quien sirves es a Jesús. Cuando tus hermanos no te aprecian o incluso te calumnian (asumiendo que haces lo correcto), ve con Jesús y pregúntale si él aprueba tu pensar. Esa es la única opinión que al final importa. Tú has firmado un compromiso para servirle a él y retirándote impides servir en el modo que él te ha llamado. Cuando desistes y te rindes a quien volviste, ¿a tus oponentes o al señor?
«Por no haber servido con Goyo alegría de corazón a Yavé, tú Dios, cuando nada te faltaba. 48 Servirás con hambre, sed, falta de ropa y toda clase de miseria a los enemigos que Yavé enviará contra ti. Ellos pondrán sobre tu cuello un yugo de hierro hasta que te destruyan del todo.» Deuteronomio (28, 47-48)
FRANK PADILLA