Por un buen trabajo hecho, tú puedes ser elogiado o incluso alabado por la gente.
Pero nunca busques la aclamación humana. Si es verdad que en ocasiones necesitamos ratificación y que nos alienten. Bien, nuestros hermanos deben darnos eso. Pero por ti, no seas el que la busque o incluso permitas que tu servicio sea determinado por ella. Si estas sintiendo vanagloria y te sientes mal, si eres agraviado por los demás, busca a Jesús y solo a Jesús. Llora con tu corazón junto a él. Aparte de recibir gracia y fuerza de él (porque Jesús quiere fortalecer a sus servidores), Entrarás más profundamente en una relación con él, de una manera que no puede suceder sino por aflicción (considera a Job).
De hecho tienes que conocer esta realidad: si Jesús quiere purificarte y hacerte crecer en tu madurez, él en realidad permite que tú seas afligido. Cuando Jesús hace esto por ti, él piensa que eres especial.
(Hebreo 12:5b, 6)
Hijo no te pongas triste porque el Señor te corrige, no te desanimes cuando te reprenda; 6 pues el Señor corrige al que ama y castiga al que recibe como hijo.
FRANK PADILLA