Lectura de hoy Efesios 6 1-9
Tener una familia en Cristo involucra a toda la familia. Comienza con el esposo y la esposa. Entonces los niños también están involucrados. Los niños deben honrar y obedecer a sus padres (v1-2) Los padres, con el padre a la cabeza, educan y capacitan a sus hijos en el Señor (v4) Parte de esto es disciplina, pero hecho de una manera amorosa, para no provocar enoja en los niños (v 4a)
Todo y todas las relaciones en la familia se hacen con un enfoque en Cristo. Los niños Obedecen "en el Señor". Ellos honran el cuarto mandamiento. Esto les asegura un buen futuro, "para que te vaya bien y puedas tener una larga vida en la tierra"(v 3). Las bendiciones vienen del Señor. Los padres, a su vez, crían a sus hijos también en el Señor. Sus hijos son, después de todo, hijos de Dios, confiados a ellos. Por lo tanto, necesitan ser criados no de acuerdos su sabiduría humana, sino de acuerdo a los caminos de Dios.
Todo lo anterior permite a la familia servir al Señor. De hecho, todos somos "esclavos de Cristo" (v 60) Como tal, ¿cuál debería ser nuestra postura?
• Hacemos "la voluntad de Dios desde el corazón" (v.6c). Es un gran privilegio servir al Señor. Debemos estar profundamente agradecidos por las oportunidades que nos brindan Servimos sin motivos ulteriores, pero solo el deseo de obedecer y agradar a Dios.
• Servimos al “Señor y no a los seres humanos” (v7). Cuando servimos a otros, estamos sirviendo al Señor. Nuestro enfoque siempre debe estar en Dios Es posible que las personas no aprecien lo que hacemos por ellos, pero aun así seguimos La gente puede decepcionarnos, Pero Dios nunca lo hará
• Sabemos que nuestra recompensa viene de Dos, ya que "por el bien que cada uno haga será recompensado por el Señor" (v.8a) Servimos por amor a Dos, pero también sabiendo que Él nunca será superado en generosidad Tendremos nuestra recompensa, s no aquí en esta vida, entonces en el cielo Simplemente seguimos haciendo el bien, sean cual sean las circunstancias.
• Sabemos que “tenemos un Maestro en el cielo y que con él no hay parcialidad” (v.9b). Jesús nos ha mostrado el camino. Ahora nos llama a todos a seguir sus pasos. Vino para servir y no para ser servido