Lectura de hoy: Salmos 100, 1-5
El salmo de hoy se titula "Himno procesional" y es "un salmo de acción de gracias" (v.1a). Es un himno que invita a las personas a ingresar a los tribunales del templo con ofrendas de acción de gracias a Dios que los creó. Para los guerreros santos, este es un salmo apropiado cada vez que entramos a la presencia de Dios, ya sea en nuestro rincón de oración o en la capilla o Templo. Consideramos la declaración de Josué (según nuestro tema).
Como para mí.
La base es nuestra relación personal con Dios. Es ante todo, Dios y yo. Lo conocemos y sabemos quiénes somos. "Sabed que el Señor es Dios, él nos creó, nosotros le pertenecemos a Él" (v.3a). Somos su pueblo Somos Sus siervos / esclavos. Nuestras vidas le pertenecen.
Y mi casa
También sabemos que "somos su pueblo, el rebaño que él apacienta" (v.3b).
Primero, nuestros hijos son principalmente Sus hijos, y debemos cuidarlos como tales. Nuestra comunidad es el cuerpo de personas a quienes ha convocado para Su propósito, y los miembros de la comunidad son hermanos y hermanas en el Señor.
Segundo, Jesús es el Pastor en Jefe, quien confía sus ovejas a los pastores humanos. Como líderes siervos, debemos asumir la responsabilidad de nuestro hogar / familia / hijos, así como de aquellos que están a nuestro cuidado en la comunidad.
Nosotros serviremos al Señor
Lo que Dios hace por nosotros, Él nos forma y nos usa como instrumentos para ayudar a formar a otros, es para que Él tenga obreros para la cosecha. Servimos a Dios básicamente a través de nuestro trabajo de evangelización y misión. Desafiante como es este trabajo, debemos "servir al Señor con alegría" (v.2a). Como su pueblo, como sus siervos, como parte de los ejércitos del Espíritu, servimos a Dios, y lo hacemos de buena gana y con alegría.
Es una vida maravillosa. Si realmente nos damos cuenta de quién es Dios y quién se supone que somos, y permitimos que Dios nos forme y use, esto proporciona la base para estar destinado a la grandeza. Solo necesitamos ver, responder y darlo todo.
Entonces tendremos una vida de alegría, incluso mientras difundimos la alegría del Señor a todo el mundo. "Aclamad alegremente al Señor, la tierra entera" (v.1b). Nuestro servicio a Dios nunca será tedioso o insatisfactorio, así que siempre podemos "entrena su presencia con júbilo" (v.2b). Nuestras vidas estarán llenas de alabanza y acción de gracias a Dios. "Entren por sus puertas con acción de gracias, en sus atrios con alabanza. Denle gracias, bendigan su nombre” (v.4).
Que Dios tan maravilloso servimos. Él es bueno y misericordioso. "Bueno es el Señor, su misericordia es eterna" (v.5a). Y nuestro Dios siempre será fiel a nosotros, a nuestros hijos, a los hijos de nuestros hijos y a todas las generaciones hasta que Jesús regrese una vez más. "Su fidelidad dura por todas las generaciones" (v.5b).
Todas estas son razones más que suficientes para decir: "En cuanto a mí y mi casa, serviremos al Señor"
Traducido por:
Diácono Permanente Alberto Morales Sáenz de Viteri